Escritores, cafés; cibers y bloggers
Sólo es una muy atrevida comparación. Pues el muy bien sabido sabrá q semejante comparación es herejía. Pero se me viene a la mente este símil. Ahora q a cada paso q doy voy pensando en qué decir, qué escribir la próxima vez que llegue al ciber.
Y se me viene a la mente entonces las lecturas que me hacen casi ponerme en el lugar de aquellos hombres bohemios, Valdelomar, Santos Chocano, y demás fauna literaria monstruosa de antaño. Que se reunían en cafés para dar rienda suelta a la tertulia.
Recuerdo que algunos escritores, de aquí, de allá y de todas partes, más de uno fue un adicto al alcohol o a algún alucinógeno. Estos eran bohemios y hasta casi estúpidos, pero aún así muchos de ellos brillantes con todas sus adicciones.
Y sí, pero antes q alguien se adelante a decirme q uno no puede compararse a aquellos, xq aquellos escribían y uno tan sólo postea algo q casi es generalmente un copia,pega y haz un pequeño comentario personal, pues es q es así.
Dónde podría estar la comparación. Pues es mucho más sencilla q la genialidad literaria y la locura adictiva. De mi parte nada q ver con eso.
Tan solo está en que uno siente esa necesidad de transmitir algo. De dar a conocer algo a través de su blog y ya no de el libro como se hacía antes. Que ahora en vez de q alguien vaya a un café o un bar para encontrar la inspiración o la consternación se va a un ciber, o en todo caso a un cibercafé.
Que ahora ya no se toma la pluma, sino q se empotra en una silla y se pone enfrente de una pantalla y un teclado.
Y quizás la mayor similutud entre aquellos del ayer y estos de hoy, soy pura creencia en esto pero aún así me atrevo a decirlo, está en q la mayoría de ellos son eternos vagabundos, inmigrantes, emigrantes, trotamundos, pateperros. Y siempre están ahí para decir algo y ser testigos de la época q les tocó vivir.
Y se me viene a la mente entonces las lecturas que me hacen casi ponerme en el lugar de aquellos hombres bohemios, Valdelomar, Santos Chocano, y demás fauna literaria monstruosa de antaño. Que se reunían en cafés para dar rienda suelta a la tertulia.
Recuerdo que algunos escritores, de aquí, de allá y de todas partes, más de uno fue un adicto al alcohol o a algún alucinógeno. Estos eran bohemios y hasta casi estúpidos, pero aún así muchos de ellos brillantes con todas sus adicciones.
Y sí, pero antes q alguien se adelante a decirme q uno no puede compararse a aquellos, xq aquellos escribían y uno tan sólo postea algo q casi es generalmente un copia,pega y haz un pequeño comentario personal, pues es q es así.
Dónde podría estar la comparación. Pues es mucho más sencilla q la genialidad literaria y la locura adictiva. De mi parte nada q ver con eso.
Tan solo está en que uno siente esa necesidad de transmitir algo. De dar a conocer algo a través de su blog y ya no de el libro como se hacía antes. Que ahora en vez de q alguien vaya a un café o un bar para encontrar la inspiración o la consternación se va a un ciber, o en todo caso a un cibercafé.
Que ahora ya no se toma la pluma, sino q se empotra en una silla y se pone enfrente de una pantalla y un teclado.
Y quizás la mayor similutud entre aquellos del ayer y estos de hoy, soy pura creencia en esto pero aún así me atrevo a decirlo, está en q la mayoría de ellos son eternos vagabundos, inmigrantes, emigrantes, trotamundos, pateperros. Y siempre están ahí para decir algo y ser testigos de la época q les tocó vivir.
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