El caso Watada: una bofetada al atropello imperialista
Y bueno, esta la historia del teniente Ehren Watada, 28 años, oficial del ejército estadounidense, que se hace conocida y reconocida por ser el primer caso de un militar que se niega públicamente a ir a la "guerra" contra Irak.
El diario El país, lo cuenta así:
"Cuando Ehren Watada, teniente del ejército de Estados Unidos, tuvo que enfrentarse a un consejo de guerra en agosto por negarse a ir a Irak aduciendo motivos morales, en los periódicos de su Estado natal de Hawai abundaban las cartas que le acusaban de “traidor”. Watada afirmó que había llegado a la conclusión de que la guerra es un error moral y un horrible quebrantamiento de la ley estadounidense. Participar en ella, aseguraba, le haría cómplice de “crímenes de guerra”. Watada es sólo uno de los objetores de conciencia de una guerra que ha dividido a la sociedad de Estados Unidos, posiblemente incluso más que la guerra de Vietnam."
Y el mismo diario recoge las palabras de otros soldados que vivieron la experiencia de Irak:
DARRELL ANDERSON.
24 años. Primera División Blindada, Artillería de Campaña. Giessen (Alemania).
Se enroló en el ejército de EE UU justo antes de que comenzara la guerra de Irak.
“No puedo asesinarlos. No son terroristas. Son chicos de 14 años”
...
“Necesitaba asistencia sanitaria, dinero para ir a la universidad, y ocuparme de mi hija. El ejército era la única forma de lograrlo”
...
Él cuenta que custodiaba la “parte trasera” de un control callejero de Bagdad. Si un coche pasaba por un determinado punto sin detenerse, se suponía que los guardias debían abrir fuego.
“Un coche pasó y se detuvo frente a mi posición. Saltaban chispas porque los frenos estaban en mal estado. Todos los soldados se pusieron a gritar. Era mi zona, así que la responsabilidad era mía. No disparé. Un superior me dijo: ‘¿Por qué no lo ha hecho?’. Y yo le respondí: ‘¡Era una familia!’. Se podía ver a los niños en el asiento trasero. Le dije: ‘He hecho lo correcto’, y me contestó: ‘No, no lo ha hecho. El procedimiento es disparar. Si no lo hace la próxima vez, será castigado”.
Sacude la cabeza al recordarlo. “Ya no estaba conforme con esta guerra. No quería matar a gente inocente, no podía matar a niños”.
...
Si alguien le hiciera esto a mi calle, cogería un arma y lucharía. No puedo asesinar a esta gente. No son terroristas, son niños de 14 años, ancianos. Estamos ocupando las calles. Asaltamos casas y nos llevamos a gente. Los mandamos a Abu Ghraib, donde son torturados. Es gente inocente. Detenemos coches y entorpecemos la vida cotidiana. Si hiciera esto en Estados Unidos, me encerrarían en la cárcel”.
...
Anderson se fue a casa por Navidad, convencido de que volverían a enviarle a la guerra. Sabía que no podría vivir consigo mismo si regresaba a Irak conociendo lo que estaba sucediendo allí. Decidió que ya no podía ser parte de ello, y sus padres –que ya se oponían a la guerra– apoyaron su decisión. Canadá parecía la mejor opción. Tras la Navidad de 2004, se fue de Kentucky a Toronto.
IVAN BROBECK
21 años. 2º Batallón, 2º Regimiento de Marines. Camp Lejeune, Carolina del Norte.
“Sabía que no podría soportarlo más”, dice Ivan Brobeck, un ex cabo de 21 años, sobre su decisión de desertar a Canadá.
...
“Necesitaba marcharme, porque estaba previsto que mi unidad regresara una segunda vez a Irak y ya no podía más”.
...
“Cuando estás allí sueles estar muy enfadado, porque estás luchando por algo en lo que no crees”
...
“Recuerdo oír cómo lanzaban algo desde la parte trasera de un camión de siete toneladas. La plataforma de esos camiones probablemente tenga dos metros y medio de altura. Desde allí lanzaron a un detenido, con las manos atadas a la espalda y un saco de arena en la cabeza, de modo que no pudiera frenar el impacto. Recuerdo que empezó a tener convulsiones después de chocar contra el suelo y nos pareció que roncaba. Le quitamos el saco de la cabeza y tenía los ojos cerrados por la hinchazón y la sangre le taponaba la nariz y apenas podía respirar”.
...
“Muchos de los que nos devuelven los disparos no son mala gente. Son personas cuyas esposas o hijos han sido asesinados y sólo quieren vengarse y matar a la persona que ha acabado con la vida de su hijo. Son personas inocentes que han perdido mucho y no tienen nada más que perder”.
...
“Estados Unidos era algo de lo que podías decir que estabas orgulloso”, añade. “Ahora vas a otro país y dices que eres de allí, y probablemente no veas caras felices o brazos abiertos, por culpa del hombre que está al mando. Es increíble lo que puede hacer una persona”
...
El teniente Watada se manifiesta así:
"Mis compañeros soldados están peleando y muriendo en Iraq y sus familias están sufriendo por las mentiras y decepciones de la Administración Bush. La guerra de Iraq no es solamente un crimen contra la ley doméstica e internacional sino que es una terrible injusticia moral contra la gente iraquí."
Watada podría ser sentenciado a una condena de cuatro años de prisión por negarse a ir a la guerra de Irak, que denuncia como ilegal y un acto de agresión imperialista, y por instar a otros soldados a hacer lo mismo.
Carolyn Ho, madre de este lúcido hombre, ha convocado una Jornada de Acción Internacional el mismo día que se inicia el Consejo de Guerra contra su hijo, este lunes 5 de febrero, el día de hoy.
El diario El país, lo cuenta así:
"Cuando Ehren Watada, teniente del ejército de Estados Unidos, tuvo que enfrentarse a un consejo de guerra en agosto por negarse a ir a Irak aduciendo motivos morales, en los periódicos de su Estado natal de Hawai abundaban las cartas que le acusaban de “traidor”. Watada afirmó que había llegado a la conclusión de que la guerra es un error moral y un horrible quebrantamiento de la ley estadounidense. Participar en ella, aseguraba, le haría cómplice de “crímenes de guerra”. Watada es sólo uno de los objetores de conciencia de una guerra que ha dividido a la sociedad de Estados Unidos, posiblemente incluso más que la guerra de Vietnam."
Y el mismo diario recoge las palabras de otros soldados que vivieron la experiencia de Irak:
DARRELL ANDERSON.
24 años. Primera División Blindada, Artillería de Campaña. Giessen (Alemania).
Se enroló en el ejército de EE UU justo antes de que comenzara la guerra de Irak.
“No puedo asesinarlos. No son terroristas. Son chicos de 14 años”
...
“Necesitaba asistencia sanitaria, dinero para ir a la universidad, y ocuparme de mi hija. El ejército era la única forma de lograrlo”
...
Él cuenta que custodiaba la “parte trasera” de un control callejero de Bagdad. Si un coche pasaba por un determinado punto sin detenerse, se suponía que los guardias debían abrir fuego.
“Un coche pasó y se detuvo frente a mi posición. Saltaban chispas porque los frenos estaban en mal estado. Todos los soldados se pusieron a gritar. Era mi zona, así que la responsabilidad era mía. No disparé. Un superior me dijo: ‘¿Por qué no lo ha hecho?’. Y yo le respondí: ‘¡Era una familia!’. Se podía ver a los niños en el asiento trasero. Le dije: ‘He hecho lo correcto’, y me contestó: ‘No, no lo ha hecho. El procedimiento es disparar. Si no lo hace la próxima vez, será castigado”.
Sacude la cabeza al recordarlo. “Ya no estaba conforme con esta guerra. No quería matar a gente inocente, no podía matar a niños”.
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Si alguien le hiciera esto a mi calle, cogería un arma y lucharía. No puedo asesinar a esta gente. No son terroristas, son niños de 14 años, ancianos. Estamos ocupando las calles. Asaltamos casas y nos llevamos a gente. Los mandamos a Abu Ghraib, donde son torturados. Es gente inocente. Detenemos coches y entorpecemos la vida cotidiana. Si hiciera esto en Estados Unidos, me encerrarían en la cárcel”.
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Anderson se fue a casa por Navidad, convencido de que volverían a enviarle a la guerra. Sabía que no podría vivir consigo mismo si regresaba a Irak conociendo lo que estaba sucediendo allí. Decidió que ya no podía ser parte de ello, y sus padres –que ya se oponían a la guerra– apoyaron su decisión. Canadá parecía la mejor opción. Tras la Navidad de 2004, se fue de Kentucky a Toronto.
IVAN BROBECK
21 años. 2º Batallón, 2º Regimiento de Marines. Camp Lejeune, Carolina del Norte.
“Sabía que no podría soportarlo más”, dice Ivan Brobeck, un ex cabo de 21 años, sobre su decisión de desertar a Canadá.
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“Necesitaba marcharme, porque estaba previsto que mi unidad regresara una segunda vez a Irak y ya no podía más”.
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“Cuando estás allí sueles estar muy enfadado, porque estás luchando por algo en lo que no crees”
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“Recuerdo oír cómo lanzaban algo desde la parte trasera de un camión de siete toneladas. La plataforma de esos camiones probablemente tenga dos metros y medio de altura. Desde allí lanzaron a un detenido, con las manos atadas a la espalda y un saco de arena en la cabeza, de modo que no pudiera frenar el impacto. Recuerdo que empezó a tener convulsiones después de chocar contra el suelo y nos pareció que roncaba. Le quitamos el saco de la cabeza y tenía los ojos cerrados por la hinchazón y la sangre le taponaba la nariz y apenas podía respirar”.
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“Muchos de los que nos devuelven los disparos no son mala gente. Son personas cuyas esposas o hijos han sido asesinados y sólo quieren vengarse y matar a la persona que ha acabado con la vida de su hijo. Son personas inocentes que han perdido mucho y no tienen nada más que perder”.
...
“Estados Unidos era algo de lo que podías decir que estabas orgulloso”, añade. “Ahora vas a otro país y dices que eres de allí, y probablemente no veas caras felices o brazos abiertos, por culpa del hombre que está al mando. Es increíble lo que puede hacer una persona”
...
El teniente Watada se manifiesta así:
"Mis compañeros soldados están peleando y muriendo en Iraq y sus familias están sufriendo por las mentiras y decepciones de la Administración Bush. La guerra de Iraq no es solamente un crimen contra la ley doméstica e internacional sino que es una terrible injusticia moral contra la gente iraquí."
Watada podría ser sentenciado a una condena de cuatro años de prisión por negarse a ir a la guerra de Irak, que denuncia como ilegal y un acto de agresión imperialista, y por instar a otros soldados a hacer lo mismo.
Carolyn Ho, madre de este lúcido hombre, ha convocado una Jornada de Acción Internacional el mismo día que se inicia el Consejo de Guerra contra su hijo, este lunes 5 de febrero, el día de hoy.
Creo que debemos decirle al señor Bush y a su ejército imperialista, que ser objetor de conciencia, es lo mismo, o más, que ser un soldado patriota. Porque el objetor de conciencia es aquel soldado que por amor a su patria se niega a matar a personas inocentes, porque es aquel soldado que se da cuenta que no quiere ir más a una guerra de Irak que es inventada. Porque el desertor de conciencia es el soldado que se da cuenta que la "guerra preventiva" no es tal, y mucho más en este caso, es un crimen, un atentado a la humanidad y dice basta!.
El genocidio no es patriotismo señor Bush. Y si la causa que persigue no es buena, negarse a seguirla, tampoco es traición. Un héroe, señor Bush, es aquel que da su vida por su patría, sí. Pero héroe es también aquel que se niega a matar en nombre de la misma cuando no existe ninguna razón para hacerlo.
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