Feliz año...
A todos los que se asomen por aquí.
A pocos días del 2010 y a pocos días, en lo personal, para cumplir un año más de vida, siento que tengo que escribir en términos personales. A modo de escribir un prefacio para el presente año.
Con 27 años a cuestas. Soltero. Sin hijos. Sin novia. Sin muchos amigos. Inmigrante (venido del Perú para mayores señas). Sin mucho dinero. Lo suficiente para vivir solo y llegar raspando a fin de mes, pero inalcanzable para casi todo lo demás. Pero tal y como vivo, quiero dejarlo bien en claro, vivo tranquilo. O sobrevivo tranquilo.
Sobrevivir
¡Vaya palabrita!.
Y con tan poco me siento afortunado. Sabiendo que voy por más. A paso lento pero seguro, como dice el trillado refrán.
Viniendo de tan atrás de donde yo vengo, contando con tan poco recursos que aprovechar, casi desde toda mi vida, no puedo dejar de sentir satisfacción al ver que sigo remando mi barca, que no he dejado de arar, y que sigo haciendo mi camino. Porque sé que en el sacrificio por conseguir las cosas está el valor de ellas cuando se las consigue.
En el sacrificio, en el trabajo digno. Y En la conservación de la dignidad por sobre todas las cosas. En el respeto a la gente y en hacerse respetar, de ser necesario.
Mi tranquilidad está basada, no en lo poco que tengo, sino en lo que quiero conseguir y en la manera en que quiero conseguirla, y en que me tengo fe en que puedo lograrlo.
Mi tranquilidad está basada en saber que hay mucha gente como yo, o peor que yo, y que está hecha a pruebas de todas las más grandes catástrofes. Porque hay gente que se desmorona con tan poco, y hay otras que asimilan tragedias titánicas y le salen al frente a cada problema o le cortan el paso.
Que las metas se cumplan, que todo salga bien.
Pero sobretodo que nadie se hunda.
Que nadie se deje hundir, porque así como se puede ver la luz del faro, el naufragio siempre es posible con la próxima tormenta. Pero pase lo que pase, y en esto me incluyo, que nadie deje de seguir navegando.
Mis mejores deseos.
A pocos días del 2010 y a pocos días, en lo personal, para cumplir un año más de vida, siento que tengo que escribir en términos personales. A modo de escribir un prefacio para el presente año.
Con 27 años a cuestas. Soltero. Sin hijos. Sin novia. Sin muchos amigos. Inmigrante (venido del Perú para mayores señas). Sin mucho dinero. Lo suficiente para vivir solo y llegar raspando a fin de mes, pero inalcanzable para casi todo lo demás. Pero tal y como vivo, quiero dejarlo bien en claro, vivo tranquilo. O sobrevivo tranquilo.
Sobrevivir
¡Vaya palabrita!.
Y con tan poco me siento afortunado. Sabiendo que voy por más. A paso lento pero seguro, como dice el trillado refrán.
Viniendo de tan atrás de donde yo vengo, contando con tan poco recursos que aprovechar, casi desde toda mi vida, no puedo dejar de sentir satisfacción al ver que sigo remando mi barca, que no he dejado de arar, y que sigo haciendo mi camino. Porque sé que en el sacrificio por conseguir las cosas está el valor de ellas cuando se las consigue.
En el sacrificio, en el trabajo digno. Y En la conservación de la dignidad por sobre todas las cosas. En el respeto a la gente y en hacerse respetar, de ser necesario.
Mi tranquilidad está basada, no en lo poco que tengo, sino en lo que quiero conseguir y en la manera en que quiero conseguirla, y en que me tengo fe en que puedo lograrlo.
Mi tranquilidad está basada en saber que hay mucha gente como yo, o peor que yo, y que está hecha a pruebas de todas las más grandes catástrofes. Porque hay gente que se desmorona con tan poco, y hay otras que asimilan tragedias titánicas y le salen al frente a cada problema o le cortan el paso.
Que las metas se cumplan, que todo salga bien.
Pero sobretodo que nadie se hunda.
Que nadie se deje hundir, porque así como se puede ver la luz del faro, el naufragio siempre es posible con la próxima tormenta. Pero pase lo que pase, y en esto me incluyo, que nadie deje de seguir navegando.
Mis mejores deseos.
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