El viejo y el joven

Un jubilado es como un joven sin dinero en período de vacaciones laborales. Claro, como un joven que gana lo suficiente como para llegar a duras penas a fin de mes. Y el dinero se reparte entre el pago de la habitación, los pasajes, lo necesario para el aseo y la limpieza, si es q queda algo para un poco de ropa, y lo que quede para poder comer. Si se llega al ahorro de algo, el mes pasaría a tener dosis memorables. Y así con uno y otro mes y otro y otro y otro.
¿Será por eso que muchas personas se aburren? Cuánto espacio queda para buscarle la evolución a la vida en este estado de cosas, al que a mi me resulta más adecuado llamarlo de sobrevivencia.

Un jubilado ha de ser así. Porque su dinerito que cobra nunca le alcanza para nada. Y encima, como su situación no le permite nada más que hacer el intento de llegar al siguiente mes, no sabe de darse lujos, por más que quiera, por más que se los merezca y se los quiera dar de vez en cuando.

Si en algo puede mejorar la situación de él, se ha de deber al hecho de que supo echar buenos frutos y de que estos tuvieron la virtud de saber corresponder. Y entonces por ahí la amargura y la tristeza que suelen llegar con el otoño se pueden sobrellevar mejor con los hijos que no se fueron o que siempre están volviendo, con los hijos de los hijos que quieren acompañar al abuelito y revolotean a su alrededor.

Sin embargo, qué puede calmar los ánimos del joven que quiere llegar a algo más y la desesperación aparece cuando las hojas del calendario suelen pasar y pasar. Pasan por la mente tantas cosas. Cómo se puede llegar a torcer ese destino cuando se ve la desolación tan clara. Cómo mantenerse en pie y todavía darse fuerzas para seguir remando. O es remar o hundirse. Y es así que a veces se llega a remar por inercia.

Son aspectos en los que un pobre viejo y un joven se parecen y en otros se diferencian.

Cuántos en un país pueden llegar a ser como este joven y este viejo. Cuántos tendrán que conformarse con tener que comer, con un techo y nada más. Qué mejores personas podemos ser así. Con un futuro condenado a ser igual que el pasado y el presente, y que a veces incluso tiende a empeorar.

Y luego no quieren que haya revoluciones.

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