Carta para la chica q nunca estuvo conmigo

T escribo esta carta entrado en la nostalgia de aquello q pudo haber sido, pero q no fue. T escribo esta carta pensando en q fuiste una de las últimas mujeres q me dijo q no y a quien decidí no perseguir desde mi orgullo herido.

T escribo esta carta emborrachado de un recuerdo tuyo q aún me es fresco, d unos meses atrás, y q ahora me ha tomado por sorpresa y me viene a acogotar en mi hombría de hombre decidido, q supuestamente no sufre y q supuestamente se hace cargo d sus actos. D actos como estos, q en momentos como estos me dan ganas a mi mismo de invitarme una cerveza y tomar para brindar por ti, xq t conocí, xq t tuve cerca y no t tuve, xq quise y no quisiste q fuera, con lo fácil q soy cuando una niña como tú se me sube a la cabeza, xq me pregunto por ti ahora y asesino a mi pensamiento con los flashes tuyos con otro, quizá en sus brazos, y corto esos flashes tuyos q siempre me obsesionan al imaginarte feliz, con otro, y, en su momento,sino ya, embarazada, de otro, xq la ley d la vida es así. Y aquí es cuando más se me sube el licor de tu recuerdo a la cabeza.

Imagino q tú pensarás qué manera tonta q tengo d pensar así. Qué manera tonta, qué tan improductiva, es esta q tiene un hombre q quiso dar su cariño a una mujer q no se sintió halagada con tal distinción. Pero es q yo cuando la brindo así es como si un país ofeciera una Orden al Mérito a uno d sus hijos más amados... Perdón, qué bajón, pero t lo digo así, borracho de sinceridad, d un fantasma tuyo al q quiero despedir d mi memoria justamente xq te tengo cariño...

Si no quisiste ser mía será xq tuvo q ser así (siempre me consuelo d esta manera, perdón si no t gusta, qué puedo más hacer). Xq además de ser un pobre ciudadano, esta vida tan ingrata me ha condenado a ser un trotamundos. Hoy aquí, mañana más allá. Un trotamundos q no se muere de hambre pero q no puede vivir mucho más allá d este lujo. Entonces quizás tuviste razón. Tal vez tú t merezcas lo q toda mujer sueña. Alguien con un futuro estable, de buena familia, q t saque a pasear los fines de semana, q t vista y t alimenta con lo q crea q t mereces. Espero q encuentres alguien así y estoy seguro q lo vas a lograr. Aunq estoy seguro q cuando lo encuentres, le llegues a decir, como toda mujer, q xa amar no t fijas en la edad ni el dinero, ni la cara, ni la talla ni el color, como manda el protocolo, y ahí recién estés feliz y llegues a ser la q yo siempre quise pero con otro hombre, y sin mi presencia ni mi cariño.

Mientras yo, me quedo aquí (ahora, mañana quién sabe), alegre d ser pobre y d q la mujer q me llegue a querer, aunq no me lo llegue a decir alguna vez, me quiera a pesar d q quizás haya una diferencia en la edad, a pesar d q no tenga más dinero q el necesario xa comer, a pesar d q mi cara sea horrible, a pesar d ser enano y negro. Ahí sabré q, más importantes q las palabras, son los hechos los q importan en una mujer enamorada de verdad. Y ella será mi bandera, a donde quiera q vaya, ella y los hijos q puedan venir si vienen, mi objeto más preciado, lo único q realmente importe, o tal vez, lo único q llegue a conseguir en la vida d verdadera importancia.

Disculpa si t hablo así. Juro q esta es la última vez q t molesto, q esta es la última vez en q te escribo. Aunq claro, nunca, jamás, hayas leído una sola de mis cartas...

Atentamente. Jorge.

Comentarios

Entradas populares