Rachel Corrie
Hoy aprendí un nuevo nombre. Del que sin embargo hay que hablar en pasado. Porque por su activismo en defensa de la dignidad palestina terminó aplastada (el 16/3 del 2003) por un buldozzer israelí, que dice que no la vio, o no la escuchó. En cualquier parte del mundo, si llegase a pasar eso, o aquí por estas partes nuestras del mapa -quiero creer- la poblada que se armaría sería de tal magnitud, que el "Baguazo" ocurrido en Perú, no sería tal, sino que sería ya una peruanada, una sudamericanada de aquellas, en que todos los responsables -criminales haciéndose pasar por presidentes de república- tendrían que huir con el rabo entre las piernas y los pantalones sucios en el helicóptero que más lindo les parezca, en dirección al olvido; antes de que pasen a la historia como los tristemente célebres probadores de su misma medicina.
Pero la situación ocurrió en un mundo muy distinto. En que los criminales de guerra presiden un país, y sus crímenes no son tales sino "ataque preventivos", en que su locura no es tal sino "diplomacia de guerra", en que su matanza a mansalva no es tal sino "lucha contra el terrorismo palestino", y donde pareciera no importar que para matar a una cucaracha terrorista se le tire encima una bomba atómica que arrase con el país entero. Donde se practica el ataque a barcos de ayuda humanitaria con la zaña de piratas sobrecargados de psicosis.
Y al respecto ¿Dónde está la respuesta enérgica del mundo "institucional" entero? ¿Dónde están las sanciones durísimas que le impone el "gendarme del mundo" a los gobiernos criminales? ¿Dónde están los alcohones y sus "aliados" que "luchan" contra los genocidas y los terroristas que no respetan a nadie en este mundo? ¿Dónde está la ONU para mandar/respaldar/proteger flotas y flotas interminables de ayuda humanitaria de todo el mundo y que nada ni nadie se les interponga en el camino? ¿Dónde están los cascos azules, o del color que se tenga que inventar, contándose por millares que tienen que poner el pecho para proteger la inocencia de la locura desbocada? ¿Dónde está la humanidad del mundo? Aparte de mirando acostumbrada el status quo de las cosas a través de la pantalla en la comodidad de un egocentrismo amoblado entre cuatro paredes.
Volviendo a Rachel Corrie. No hay armas químicas en Irak y en Afganistán el opio y la heroína ahora son capaces de abastecer al mundo, desde que -fungiendo de libertadores- llegaron del Norte los talibanes del petróleo. Volviendo a Rachel Corrie decía, a quién creer. Los que tomaron el micrófono global para sí, reportan que los responsables no la vieron, que su megáfono no sonó demasiado fuerte como para escucharla, que no debía pararse así, con su diminuta integridad, delante de semejante máquina. En fin. A quién creer. Qué hacer. Cuando los pueblos ya no son nada. Cuando las élites ordenan que los dejen seguir haciendo, o te aplastan como a mosca. Y ya nada ni nadie nos puede defender. Porque han transformado la democracia en una sucesión irrelevante de personajes que se dedican a profundizar la esclavización ya no tan solo de individuos, sino de sociedades enteras. Y ay de quien ose poner el dedo en la llaga.
Rachel se para enfrente del bulldozer del ejército israelí con una chaqueta naranja, de modo que pueda ser fácilmente identificada y visible. Esto ocurre en Rafah, al sur de Gaza.
Habla siempre por el altavoz, interpuesta entre el bulldozer y la casa de un médico palestino.
La topadora israelí ya pasó por encima de ella, aplastándole el pecho y el cráneo.
Sus compañeros tratan inmediatamente de socorrerla.
Doctores palestinos tratando de salvarle la vida en el hospital Najar, en Rafah.
Alice, con el pasaporte de Rachel en la mano, se descompone al enterarse de la muerte de su amiga en el hospital.
Rachel Corrie (Canción de Ángel Petisme)
Fuentes: 1, 2
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