El calor en Buenos Aires – Postales del Apocalipsis

Esta entrada fue escrita el 29 de enero de este año. Ahora, tras dos semanas de indescriptible calor, la naturaleza nos ofrece un poco de agua para refrescar el tiempo. ¿Qué pasará de acá a dos semanas más? Todo puede pasar en este clima que cada vez suele ubicarse más en los extremos antes que en los valores históricamente promedios.
Así que, por si vuelve el calor de unas semanas atrás, aquí va lo que escribí en la fecha mencionada.

A dos días para terminarse el primer mes de este 2010, aquí en la Argentina, en la Capital Federal, el calor se vino con una furia inusitada.
Es increíble, es insoportable, es inhumano, es asfixiante. En el cuarto que alquilo me compré un ventilador para hacer más llevaderos los días. Pero el calor es tanto que parece que no tuviese ventilador alguno porque, de cuando en cuando y tras unos cuantos minutos, de todo el cuerpo me brotan pequeñas gotas de sudor que me tengo que secar porque no me dejan tranquilo. Y ni qué decir cuando vengo de afuera de caminar y entro a la pieza. Inmediatamente me tengo que quedar muy ligero de ropas porque a los minutos, de mi cuerpo brotan las gotas de sudor y de manera tan acelerada que literalmente quedo bañado en ellas. Como si en vez de entrar a un acogedor lugar de estar uno entrara a un sauna a deshidratar el cuerpo. Y claro, hay que tomar agua y agua como camello para poder aguantar el ritmo. Y si no me baño de manera continua, siento que me puedo morir con la piel tapada por una costra de sal. Es terrible. Se siente todo más caliente que uno, las cuatro paredes, las sábanas y la ropa al momento de ponérmela.
Lo peor de todo es que no hay viento por ningún lado, a lo mejor se tomó vacaciones y se fue para otras tierras, porque lo que es aquí no queda ni siquiera ese consuelo para los excluidos del aire acondicionado, el único que le puede hacer frente a esta locura que nos está cocinando al vapor a donde quiera que vayamos.

Y pensar que hay lugares en los que según tengo entendido el calor es más fuerte aún: en El Chaco, en Salta, en Misiones, en países como Paraguay y Uruguay, la situación está igual o peor. Y en donde están jugando los tenistas ahora, que creo que es Australia, nadie puede soportarlo.

Leyendo en internet sobre el tema, me encontré con un comentario que decía que la gente tenía que vender la cocina de su casa, porque de aquí a 10 años el que saque un “Patty” (hamburguesa) por la ventana lo va a cocer al instante. Más allá de la broma, esa opinión es el reflejo de lo que siente la gente, cuando habla –ahora en verano- de esta insufrible pesadilla q es el calor.
¿Por qué hace tanto calor?, ¿Por qué se siente ahora más que en otros veranos? ¿Por qué la pregunta es tan precisa ahora más que nunca? ¿De esto es culpable el archi reconocido “Efecto invernadero”?
Bueno, se dice que este efecto “ayuda” a que la tierra se caliente más, ya que se acumula tanto gas en el cielo que hace que el calor quede “atrapado” entre la superficie y la atmósfera ¿Y el hueco de la capa de ozono? Ah!, por los agujeros de la capa de ozono, ese escudo natural de nuestro planeta, los rayos llegan letales a la tierra y más intensos que nunca. Y la combinación de estas dos situaciones genera un panorama que, con el paso de los años, uno tras otro, agravarán las cosas tanto en verano como en invierno. Es decir que estos elementos le generaron el alzheimer a nuestro planeta, y año a año, su mal se hará más severo y si se le sigue dando paliativos en vez de buscarle la cura, todos a mediano plazo, estaremos muertos. Carbonizados por los rayos del sol, inundados en ciertas regiones, muertos de sed en otros lados, o petrificados por olas de frío. El futuro que nos toca es cada vez más complicado. Y los dirigentes aún no se quieren sentar a negociar en serio y a repensar el mundo. Tal parece que, para que eso suceda, la pesadilla tendrá que atacar en simultáneo en muchas partes del mundo, acá, y sobretodo, también tendrá que pegar duro en aquellas partes desarrolladas donde hasta ahora los sistemas de calefacción, energía eléctrica, y de agua potable, no supieron colapsar de manera estrepitosa ni tan global.
Para entonces, cuando el maltratado planeta se comporte de manera tan “subversiva”, esperemos al menos que se actúe de manera inteligente. Porque para aplacar los actos de este “terrorista” habrá que cesar los “ataques” que, a diario, contra él se cometen. Tenemos que sacarlo de la cámara de gas donde se está envenenando y darle respiración asistida. Luego, recién, podremos ver qué se hace con él para poder regenerarlo de verdad. Para eso, la tecnología tendrá que evolucionar a un nuevo estadio, tendrá que dejarse de alimentar con la destrucción de la naturaleza y cooperar con ella. Y el egoísmo individual tendría que irse un poquito, como base para poder continuar por esta senda, al carajo.

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