Dónde está?

Quisiera q al escribir esto fuera un gol de media cancha y q tuviese un éxito enorme... y que me resolviera la vida.
El día de hoy sábado 15 : 52 me siento pésimo, como casi en todos los fines de semana, que no sé a dónde ir ni que hacer. Una vez más, terminado el trabajo de toda la semana, yo, me siento acorralado por la avalancha del fin de semana q siento q se me viene encima y no encuentro nada q me venga bien.

Y no quiero ir al departamento hasta entrada la noche, para q no me agarre el desgano y me quede boludeando y luego dormirme hasta el día siguiente. Quiero quedarme en la calle, aunq no tenga lugar a dónde ir, ni tenga quién me acompañe. Fuera del trabajo, la vida se me hace difícil. El fin de semana solitario no se puede disfrutar.

Y lo peor de todo es q ahora siento una "pequeña" tristeza. Yo, un romántico de la vida, un soñador de cosas mejores, un llorón de las injusticias ajenas, un gran muchacho, un buen pibe y mejor persona, según los q me conocen; no logro encontrar la manera de llenar el vacío que sólo puede llenar la mujer q me quiera, y q se sienta feliz conmigo.

Ojo! a lo q dije. Yo me pregunto dónde está Ella. Porq mujeres pueden haber muchas para un solo hombre, y los motivos pueden ser distintos para q cada una de ellas esté con uno. Puede ser no solo amor, puede ser q se comparta una afición, puede ser q sea x situaciones laborales, puede ser q sea x conveniencia, y también puede ser q sea x despecho. Y por muchas otras cosas más.

Pero yo no pregunto x ella. Pregunto x esa q se quema con la mirada de uno. Y q con esa mirada sientes q t eleva la vida y q lo tienes todo.

Hasta el día de ayer yo sentía la ilusión de llegar a algo con una chica. Laburaba en la esquina de la calle, en una panadería d esas q también tienen un lugar para ir a tomar un café. Y desde un primer momento en q la vi, aunq no entra en la exacta definición de una niña bella, yo le puse las fichas, y se lo dije a Elberth, mi compañero de trabajo. Yo le dije una de las primeras veces en q la vi llegar a comprar al local: Mira a esa chica q está comprando (nosotros estábamos atrás haciendo la parte de la producción), no es linda pero tiene un no sé qué q me encanta, me vuelve loco.

Le llamábamos La Flori, entre nosotros los del trabajo, x eso d q le encontramos un parecido con la protagonista de Floricienta, la novela q hace un tiempo salió acá en Argentina. Morenita, delgada, usaba lentes, y siempre llegaba alegre y me miraba con una sonrisa profunda q me invitaba a soñar. De buen hablar con todos, de buenas maneras. Llegaba, pedía lo q necesitaba, los compañeros del trabajo me lanzaban miradas cómplices mientras yo la atendía, trataba de hacerla sonreir mientras estaba en eso, y al momento de despedirse, con todos, me dejaba nuevamente esa mirada q me invitaba a soñar.

Después ya no la veía mucho en esas circunstancias, xq como ella llegaba a comprar a las mañanas, a mi me mandaron a trabajar en la mañana a otro lado y solo llegaba en las tardes a este local. Y juro q tenía ganas de verla llegar a comprar lo q compraba en las mañanas xra poder verla. Y disfrutar de esa sonrisa y esa cara q tanto me volvían loco, y q, cada q llegaba, yo salía de cualquier parte para poder atenderla.

Algunas veces llegó en la tarde a comprar, pero fueron pocas para las veces en q yo la pensaba. Alguna vez cuando yo llegaba en la tarde, fue solo una en verdad, nos encontramos caminando de frente y como si uno estuviera al encuentro del otro -yo llegaba a la puerta de mi laburo y ella estaba regresando al suyo de llevar un café- y caminamos de frente como al choque de dos galaxias. Yo caminé así a propósito y la miraba fijamente xra ver qué hacía, y ella se me acercó de la misma manera. Cuando estuvimos frente a frente, y a punto de caramelo, ella me sorprendió. Me saludó y me ofreció la mejilla. Yo, ni corto ni perezoso, y asumiendo naturalidad, le contesté el saludo, y le besé la mejilla. Aunq no me faltaron las ganas de agarrarla ahí mismo y aprovechar la oportunidad q me daba para comerle la boca y decirle q no cabía en mi de las ganas q le tenía.

Algunas veces pasó llevando un café y como me vio al lado de la puerta, yo estaba atendiendo en el mostrador, ella me tocó el vidrio xra saludarme, y yo le devolvía el saludo. Y me quedaba más contento q perro con dos colas.

Pasa q una vez la encaré y me dijo q estaba buscando otro trabajo, y yo trataba de mandarle otras señales. Le pedí su teléfono, y me dijo q no tenía, q nos íbamos a comunicar x señales de humo -como broma de ella, claro, pero a mi me recalentó esa opinión- así q traté de dejarlo así. Pero no podía evitar ponerme como ella quería cada q llegaba o pasaba x el local donde yo laburaba. Digamos q sus señales eran contradictorias, preguntaba x mi cuando no me veía, pero cuando yo estaba algunas veces traté de intervernir mientras hablaba con mis otras compañeras del mostrador, y me decía algo como "no te metas". La próxima q llegaba, yo la atendía, y trataba de hablar conmigo y me hacía el cortante, y ella insistía. Y yo sólo la miraba con ganas. Y ella siempre chau, y yo chau.

Lo peor de todo es q hace dos días, me dieron la noticia de q iban a cerrar la panadería donde ella trabajaba, en verdad ella se lo comentó en la mañana a una de mis compañeras cuando llegó a comprar, y le preguntó si la podía ayudar a encontrar trabajo. Yo llegué en la tarde y me mi compañera me lo contó. Noooooo Leo!!!!!! le dije ¿En serio? ¿Me está cargando? ¿Ya no voy a ver a la Flori? Nooooo!!!!

Cerrar un trabajo así como así. De un día xra otro. Hay q ser hijo de puta, y perdón x la expresión. Cuánta gente sin trabajo. Y cuánto Jorge sin ilusión y sin su Floricienta. Con ganas de decirle todo a ella y no decirle nada x temor a quedar hecho un estropajo x una respuesta q no le agrade -como la de las señales de humo- y contentarse con verla pasar y q ella le toque el vidrio de la puerta y obtener esa mirada y esa sonrisa q no tienen precio en ningún mercado de valores, pero q valen más q todas las acciones de todas las bolsas del mundo.

El día de ayer viernes, ella llegó, x la tarde, vestida "de civil", llegó a hablar con Leo, me buscó con la mirada - yo estaba adentro- y me dijo -Hola-. Yo dejé de hacer lo q estaba haciendo y me paré en la puerta. Y mientras hablaba con Leo, yo conchudamente la miraba. Luego me acerqué más hacia la parte del mostrador donde estaban ellas y tan solo la miraba. Atento a lo q hablaban y lo q Leo le ofrecía, ayudarle a encontrar trabajo en la otra panadería -también cerca del trabajo- en q hacía horas extras los domingos. Y Flori me miraba y preguntaba mi nombre, y ahí sí q entraba a decir algo, pero les dejaba q hablaran ellas. Y Leo le dijo q le deje su teléfono así ella le avisaba de cualquier cosa q le podía servir. Y Flori le dijo q mañana le daban su celular xq lo había mandado a arreglar ( y yo me decía q quizás su broma de las señales de humo no fue un desplante y me invitaba nuevamente a soñar).

Leo le ofreció q iba a hablar con la señora de la panadería donde trabajaba xra q tome el lugar de ella. Y ella le dijo q iba a venir hoy -sábado 22/08/09- Para ver qué le dijo. Y yo estaba rechocho con esa esperanza q la di x hecho. Y ella dijo q iba a venir hoy para ver qué le dijo y q es más, iba a venir casi todos los día a ver si la podía ayudar. Y yo estaba rechocho pensando en q la Flori, podía ser mía algún día.

Pero llegó el día de hoy. Y una de las primeras cosas q le pregunté a Leo fue si la señora de la panadería aceptó a Flori como laburante suya. Y Leo? No, no quiere, xq como ella es peruana, ella no quiere, sólo q sea paraguaya como ella (y como Leo). Y yo A la mierda. Y al terminar el día de trabajo de hoy -q los sábados sólo trabajamos en la mañana y terminamos el trabajo a las 13:30- le pregunto a Leo si llegó Flori (quizás no la haya visto xq pudo haber llegado cuando estaba adentro o en el baño) y me dijo q no, no llegó che. Q quizás fue ella misma a la panadería q le recomendó y le dijeron q no necesitaban a nadie. Pero q no llegó al trabajo de nosotros. Y hasta este momento, en q me tomo una cerveza frente a esta PC y escribo invoncando su nombre, no sé nada más.

Y es aquí donde me pregunto si existe el destino. Si la volveré a ver. Por qué me gusta tanto. Por qué no viene hacia mi ahora en q la pienso y se sienta a mi lado y yo dejo de escribir estas líneas y nos vamos a la mierda y que se jodan todos los demás. O me pregunto si tan siquiera la volveré a ver y tendré q forzar al destino insitiéndole a ella, xra q acepte una invitación mía de salir -supongo, claro, q sí me quiere y q sólo tengo q ser un poco incisivo con ella- para q me diga q siente lo mismo q yo tal y como lo siento.

Me pregunto si es ella. Si era ella. Si alguna vez la encontraré.
Mientras tanto, yo no sabré qué hacer los fines de semana. No tendré a dónde ir. Tan sólo trataré de vivirlos como pueda y de llegar al departamento cansado, x las noches, para solamente ir directo a dormir.

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